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Inteligencia emocional

Para poderse hablar de inteligencia emocional hay que definir primeramente “inteligencia” y “emoción”.

La temática de la inteligencia siempre fue polémica por causa de sus posibles aplicaciones reductoras. Hubo varios autores que la estudiaron pero aún hoy no existe una definición consensual. De un modo general, puede entenderse por inteligencia la capacidad de adaptación de las personas a su medio envolvente.

El termino “emoción” viene del verbo “emovere” – poner en movimiento. Por eso, puede decirse que son las emociones que nos hacen actuar ante las situaciones, son el motor de nuestros comportamientos.

En general, pueden definirse cinco estadios particulares de las emociones:
Las modificaciones fisiológicas (ritmo cardiaco, etc);
Producción de sensaciones agradables o desagradables;
Expresiones faciales y corporales;
Comportamientos adaptativos al tipo de emoción que se siente;
Evaluación cognitiva de la situación.

Hay autores que defienden que las emociones pueden ser primarias, secundarias y combinadas.
Las primarias son innatas, programadas genéticamente (según Paul Ekman: alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y repulsa).
Las secundarias provienen de la aprendizaje en contexto social. Son una asociación de diversos acontecimientos y reacciones emocionales primarias; tienen que ver con nuestra evaluación de la situación y sus posibles consecuencias. (ejemplo: desempleo)
Estos dos tipos de emociones juntos son las emociones combinadas (ejemplo: el amor puede ser una combinación de alegria y acceptación).


Así, según la International Society of Applied Emotional Intelligence, la inteligencia emocional presenta diez características:
· El control emocional: comprender y controlar sus sentimientos y gestionar su humor;
· La auto estima: tener buenos sentimientos a su propio respecto, independientemente de las situaciones exteriores;
· La gerencia del stress;
· Las aptitudes sociales: ser capaz de relacionarse con los otros y ser empatico;
· El control de la impulsividad: controlar su impulsividad y aceptar adiar las gratificaciones;
· El equilibrio: Mantener un equilibrio entre el trabajo y el hogar, las obligaciones y el placer;
· Las competencias de comunicación: comunicar eficazmente con los otros;
· La gestión de sus metas y objetivos: fijar metas realistas en todos los aspectos de la vida;
· La auto motivación: motivarse a si propio en la prosecución de sus metas;
· La actitud positiva: mantener una actitud positiva realista mismo en los momentos dificiles.

Son estas las características que los testes de inteligencia emocional van a medir, teniendo en cuenta que los niveles obtenidos pueden cambiar completamente en cualquier edad.
Los resultados van a probar, sobre todo, la capacidad que las personas tienen de ser un poco como los camaleones, que cambian de color consonante el ambiente a que están expuestos, es decir, de ajustar sus emociones a las diferentes situaciones/contextos y a otras personas.